Una película Disney, que no tiene mucho en común con otras de la misma compañía (por suerte). Muy lejos del efecto emotivo y hasta a veces cursi de sus películas, esta comedia está dirigida a un público pre-adolescente y hasta adulto, y apela a los instintos más básicos del humor de dibujos animados.
Desarrollada en el antiguo imperio maya (ok, la veracidad histórica es nula) la historia tiene giros completamente inesperados, como toda buena comedia, y las locuras y escenas traídas de los pelos abundan.
Si pueden ver la versión subtitulada, o mejor aún, en su idioma original, pueden disfrutar de una excelente comedia que no tiene nada que ver con nada… mas que hacerte reir un rato.